De eso ya han pasado más de treinta años...
El vestido de mi madre lo recuerdo desde niña guardado en su armario y el día que llegué al 1,53 (de ahí ya no pasé) decidí que ya era hora de meterme en él. Está claro que hay en ciertas partes que me sobra pero el caso que es ponérmelo y verme como la reina de un plalacio.
Se que soy una novia sin novio, pero me lo pasé tan bien esa tarde (tuvimos hasta público), que me daba igual quedar o no quedar... para vestir santos!
PD. Yo no quedo!
Una última cosa, quería dar las gracias a mi madre por su paciencia. Siempre le estoy quitando vestidos de novia, bolsos, collares... y ella jamás dice nada.
Y a la tía Tere, por dejarnos su jardín y su casa como centro de operaciones. Y por esas cenas tan ricas!
Un beso, Iraide.
Una última cosa, quería dar las gracias a mi madre por su paciencia. Siempre le estoy quitando vestidos de novia, bolsos, collares... y ella jamás dice nada.
Y a la tía Tere, por dejarnos su jardín y su casa como centro de operaciones. Y por esas cenas tan ricas!
Un beso, Iraide.
¡ay Dios lo que nos tocará ver! Están las fotografías muy bonitas. Besos a todo el equipo.
ResponderEliminarGraciasssssss. Un besazo para las dos
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